jueves, 19 de febrero de 2009

Dejar





La noche es de insomnio y te golpea, el desbarajuste al acecho. Como si la vida pendiese de un hilo de míseros segundos de sueño. Entra demasiada luna para una sola noche. Sería bueno poder incorporar toda esa recurrencia de ideas en conclusiones esclarecedoras. Pero salen disparadas, no quieren venir, no aparece el entrecierre victorioso de párpados. Otra vez la basura no la pasaron a buscar. Viste que ya no es invierno? Pero te cae en suerte ese frío, desdibujado, del querer ver lo que no está. Como odio el enredo cuando no deja nada sobre la mesa. Y es mentira que la ciudad esté dormida.

/Anna/