viernes, 19 de febrero de 2010



Tengo la idea de un tiempo invencible
Vimos pasar las horas
los personajes
las carcajadas
Vimos pasar los perros de chalet
Con la comida a cuestas
y la sorpresa de la falta de horizonte
-era un mar desprevenido-
la reunión se materializó en casi un abrazo
porque de eso se trata
compartir
un pedazo de ceremonia
el código secreto
que sólo deriva de padres a hijos
La felicidad enarbolada
por un tiempo invencible

/Anna/

viernes, 12 de febrero de 2010

Malvadiscos



Hoy me decís
que yo escribo en español neutro

Y yo te respondo
no me pidas que cierre las persianas y no deje entrar la luna

Hacen 30 grados aquí!
acaso estás loco?

/Anna/

viernes, 4 de septiembre de 2009

Agua derramada




La lluvia es llovizna. Y algunas cosas cambian. Por eso ahora, otra vez no me vengas a decir nada. Me levanto y algo cambió. No sé bien en qué, ni cuándo sucedió. Un árbol de menos, un muro de más, el camisón de la vecina de abajo que ya no cuelga de la cuerda, el perro de planta baja que dejó de ladrar, los puestos, las verduras. Algo. Ya no es lo mismo. Dejó de estar, o se apareció como si nada, nació de prematuro. Musicalizó un cambio.



[ pero vos sos más sensual
que la chica de Ipanema ]






/Anna/

viernes, 28 de agosto de 2009

Prendiste el sahumerio de la rosa mística del amor





La cajita decía "Préndala si quiere vivir un amor que le desacomode la vida. Manténgalo/ase alejado de los hombres que no se ríen a carcajadas, que no bailan con desenfreno, que no patalean cada tanto".

Vos le creíste a la gitana por 10 pesos, yo no.


/Anna/

lunes, 13 de julio de 2009

Zapping




El control… por supuesto que estaba debajo de la sábana. La música de la tele es perfecta para un striptease, pensás. Y si tan sólo él estuviese acá y la música de la tele no se pudiese escuchar..? Y si el sonido de los besos más ansiados del mundo tapase la advertencia meteorológica de la tarde? Y si acaso la avalancha se sucediese, pero fuese cantando, bajo tu sábana? Creo que la rubia que habla sin parar en la misma tele, en el fondo tiene vergüenza de no hacer ruido de besos a la noche. Dice que soñar no cuesta nada, pero ya no le quedan ni ganas. Y yo que sí sueño y que sí tengo besos de él y que sí tengo ganas, no sé dónde poner la cabeza un lunes a la una de la mañana que como siempre, estoy lejos, pero cerca.


/Anna /

martes, 7 de julio de 2009

Pasos




Tengo como para 7 minutos más de espera y me doy cuenta: camino torciendo bastante la pierna derecha. Es tonto mirar la sombra de uno en forma casi compulsiva*, pero más tonto debe ser preguntarse si será un defecto de nacimiento o adquirido por una vida de cuadras en subida.


* más tonto es escribirlo


/Anna/

jueves, 19 de febrero de 2009

Dejar





La noche es de insomnio y te golpea, el desbarajuste al acecho. Como si la vida pendiese de un hilo de míseros segundos de sueño. Entra demasiada luna para una sola noche. Sería bueno poder incorporar toda esa recurrencia de ideas en conclusiones esclarecedoras. Pero salen disparadas, no quieren venir, no aparece el entrecierre victorioso de párpados. Otra vez la basura no la pasaron a buscar. Viste que ya no es invierno? Pero te cae en suerte ese frío, desdibujado, del querer ver lo que no está. Como odio el enredo cuando no deja nada sobre la mesa. Y es mentira que la ciudad esté dormida.

/Anna/

sábado, 31 de enero de 2009

Código incorrecto




Me muevo por instinto en una ciudad desconocida. Me pisan los talones. El ardor de no pertenecer al sitio de lo detestable. Desde arriba: la señal aleatoria del sí se puede. Que salís adelante solita, que mejor es la cortesía de la casa, que mejor es duplicarse. Mirar enfocándose en el entrecejo del otro, pero concentrados en su nuca: receta de la abuela, la reina de primavera en años en que las misses no existían.

Cuánto cóctel explosivo en tu meridiano y vos sin pajita!



/Anna/

miércoles, 8 de octubre de 2008

sueño 07.10




avalancha
de gatos-coatí
gatos-mapache
gatos-ardilla
son una plaga nacional
comen
rompen
están por toda la casa

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hasta acá llegué. no me va más tu ambigüedad, tus mediastintas, lo incierto de tu permanencia. olvidate de mis invitaciones, las de toda naturaleza. caducaron. hoy termina mi espera por vos.

/Anna/

jueves, 18 de septiembre de 2008

Nada



No vengas a decirme nada sobre la obsesión del querer probar. Cada vez que te encuentro siento que puedo hechizarte, volverte una red para mis besos. A veces me pregunto de qué se trata la amistad entre tu boca y mi mirada. Quizás estemos en una misma dimensión. Quizás tomes mi mano, yo tome tu codo y pasemos mil noches más en los escondites de tu cuerpo escuálido. No pierdas tiempo, no desees lo que no se puede tocar. Como en una vidriera de perfumería perfecta, los cristales no se pueden romper si sólo los mirás. Como el bonsai de tus ganas reprimidas. Como tu talento, como el futuro. Como las piernas de la gimnasta obsesionada con las medallas. Que aturdidor puede resultar el sonido del ansia. El problema del no-poder-decir-ser-desear-tocar se reduce a un sólo color; el que nos mira desde el vértice de la ventana.

/Anna/

miércoles, 27 de agosto de 2008

Será por eso / Cuarto de siglo



Porque la piel no es igual que hace 10 años. La inocencia, las intenciones, las angustias ya saben de escondrijos. Subir escaleras, salir dos noches de corrido, seguir de largo, sin dormir, como si nada: cosas que se vuelven pesadas. Las heridas duelen el doble, aparece la satisfacción del 'hasta acá llegué', el quiero vale 4 y el para-siempre.

Ahora sabés que un 'puede ser' es un sí, que un 'estamos en contacto' puede significar un año, 2 meses, o un jamás. Los kilos se instalaron en su lugar, los besos duran más, las esperas se volvieron soportablemente previsibles. La miopía sigue in crescendo, el ansia también. La ingenuidad intacta casi, quiso irse pero no la dejaste. Inventar la complicidad, los juegos de lengua, el hacer el amor con los ojos. Copas, velas, zapatos, un sólo perfume, una sola canción repetida en donde antes habían miles.

El gimnasio que no lo encarás. Y el chocolate y el vino, más fieles cada vez. El buscarle la vuelta a la llave cuando no funciona, y te das cuenta que vivís sola de golpe. Llamar al vecino para que te mate esa araña que quiebra tu paz. LLegás y saludás a tu heladera con una reverencia. Enredarte en la frazada pensando en amaneceres pasados no te deja dormir cada tanto. Despertarte y pensar en las cuentas que llegan.

Ellos se quieren ir sin saludarte, se quieren quedar a vivir, te dicen 'me puedo bañar acá'. La vecina se asoma a ver qué hacés. Llega tu madre y pone la casa dada vuelta en medio segundo. Dice que no lavás (lo cual no es novedad, pero ahora sólo lo escuchás una vez por mes).

Mezcla de mezclas, de mezclitas. El autodefinido te autodefine y no te asume. Desperdigadas las ausencias, las muletillas, las manías. Te sostenés en el aire de tu tiempo, los deslices a la orden del estar ahí.

/Anna/