Caigo en la cuenta de que volví a la ciudad:
- No camino más 1 cuadra para ir al baño o buscar agua. El máximo trayecto para llegar a ese destino en mi casa son 10 pasos.
- Para ir a la playa por el contrario, tengo que caminar al menos 15 o 20 cuadras, allá estaba a 3.
- Tampoco escucho más el murmullo del mar antes de dormir.
- Luz eléctrica.. monopolizando ahora las noches de luna.
- Cocino sobre una mesada (limpia..) y hasta vuelvo a acudir al delivery pizzero..
- Mis vecinos ya no conocen mi ropa interior secándose sobre un árbol.. (esto es bueno je)
- No más gente uniformada con pulseras de camping, toallas y papel higiénico.
- La CAMA.. tan extrañada.. vuelve a ser blanda y solo para mí! La espalda se adapta y descansa sobre el colchón.
- Viendo al sol lejano desde mi ventana laboral recuerdo sus rayos calcinando mi piel.
- No más eventuales guitarreadas, payasos y cirqueros por las calles de arena del pueblo pescador.
Anna