jueves, 27 de diciembre de 2007

Nunca voy a entender a los sanitarios




Por regla general tocan timbre a horas imposibles, interrumpiendo tu sueño profundo y enresacado. Siguiendo la orden de no sabemos que comisión o vecino recóndito, que tiene humedad en su casa, pican tu cocina, tus paredes, las baldosas, la ducha, etc.

Seguidamente descubren qué no era necesario hacerlo (después que escuchaste los martillazos recurrentes sumados a los ladridos de la perra). Consideran que el problema está "en otra parte", demostrando su pasión por despertar gente, romper paredes, hacer recomendaciones, fijar precios y luego irse.

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A veces no vuelven más, y tu baño queda inutilizable hasta que venga otro sanitario. Si regresa se te instala una semana en tu casa, por lo que no podés salir de allí, ni siquiera a trabajar. La vida te cambia así, de un momento a otro, al ritmo de su martillo, pasás a ser una esclava de tus caños. Debés inventar nuevas formas de higiene personal, formas extrañas de cocinar sin usar las canillas de la cocina. Sumado esto a que de ningún modo pasa lo de las películas yanquis, en las que el sanitario, electricista o carpintero en cuestión es extremadamente sensual y seductor, (no!) por lo general son bastante desagradables y/o veteranos y/o babosos frente a una mujer en pijama. Pasa a ser practicamente un integrante más de tu casa, ya que conoce y se familiariza con tu ropa interior, tu lavarropa, tu shampoo, tu jabón de manos, tus cremas, la comida que hacés, los utensilios que no lavás, la grasa de tu pared, tus olores, tus aspectos de recién levantada.. etc. Así que no sólo te cambia la rutina de actividades diarias amoldándote a ese ser, sino que pasaste de ser una mujer soltera que vive sola, a tener una experiencia de convivencia con el sexo opuesto, sin ningún conocimiento previo de esa persona, casi como en un reality show. En el fondo capaz es esa la función de los reparadores de casas: mostrar el 'know how' necesario para vivir con un hombre.
Luego de que la obra finaliza, por varios días aún creés escuchar sus martillazos, sus toses, sus pedidos de agua, sentís su olor, etc. Esa demencia va acompañada de la nostalgia de su compañía. En forma inmediata decidís que la casa requiere más reparaciones urgentes.

/Anna/

sábado, 22 de diciembre de 2007

horóscopo diario recibido en gmail aujourd’hui.

22 de Diciembre 2007

"Estimada Anna, hoy escribir será uno de tus principales enfoques. Posees mucha información para impartir a quien esté interesado en lo que tienes para decir. Puedes intentar con una artículo para revista, o quizás ficción o poesía. Sin embargo, aunque lo único que escribas sea una carta a tu abuela, lo que digas será indiscutiblemente brillante, con agallas y ciertamente muy interesante. ¡Hazlo!"












Este espacio en blanco es la demostración fehaciente de que los horóscopos mienten.


"Los astrólogos de
astrocentro.terra.com te desean un buen día".
Anna

viernes, 21 de diciembre de 2007

Manifiesto de sensación fastidiosa de calor



Hoy una sola palabra que define este día: CALOR
La ropa se pega al cuerpo, el aire no corre, ni en esta habitación ni en mi casa, ni en ninguna parte. Los libros me miran, pareciera que ellos también tienen calor, mucho más que yo, esperando que alguien los lea (y eso no va a ocurrir por ser hoy 21 de diciembre, lo más seguro no ocurra hasta bien entrado marzo del 2008)
Espero el paso de las horas, sin ventiladores, aire acondicionado ni ventanas.
Escribo por si logro que el espacio entre las palabras me de aire, me ayude a respirar.
Quiero caminar entre esos espacios, sobre todo quiero imaginarme tirada en la arena mirando el mar. Tomando un jugo de naranja quizás o zambulliéndome en el agua más helada posible. Pero en vez de eso, trato de inventar tareas para hacer en una jornada laboral que parece un feriado, parece un día sin horas, zero movement, nada del ajetreo cotidiano, nada de personas inoportunas, nada de interrogantes para resolver, nada de estantes para leer, nada de fichas que llenar... Es increible como uno llega a extrañar lo que todos los días hace sin mayores entusiasmos.
Y además de este panorama caluroso, las personas enloquecen por las calles, se atropellan a comprar, gritan, se tropiezan, una fiebre de cosumo propia del fin del mundo, como si la vida se estuviese por extinguir, como si Papa Noel fuera a apretar y asfixiar el planeta con la panza y nos fuéramos a morir en medio de su barba.
Permanecí menos de 5 minutos en una tienda ante el espectáculo de la multitud corriendo, probando, preguntando, manoseando. Voy a intentar una compra a la noche, creo que la energía será distinta sin tanto calor.
Esta ciudad hoy es el reino del calor.
Sería como La Ciudad de los Niños y Las Señoras de Gomita de Pelo y Vestido Estampado que corren para llegar a tiempo a los descuentos y a la apertura del Clon.
Y también de las motos. Ellas siempre están.


/Anna/

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Diciembre



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Lo mejor del día de hoy fue que me tocaron chocolates en el juego del amigo invisible!
La peor parte fue la oratoria-saludadora obligada por las fechas de fin de año, fin de cursos, fin del trabajo, agradecimientos, etc.
Con lo que detesto el hablar en público. Mi corazón se acelera, me tiemblan las piernas, los ojos se nublan (“las paredes avanzan hacia ti”), la saliva se acumula, y la voz hace lo que quiere; sale una voz que no es mi voz, palabras incómodas, breves, por suerte. El suplicio termina rápido, y luego, simplemente no puedo parar de hablar (qué raro).
El día había comenzado con un sueño extraño. Soñé que venían unos tipos a mi casa, a mi cuarto, y le ponían etiquetas con los nombres a cada objeto. Me explicaban el nombre de cada cosa, y por lo visto cada mañana hacían la misma ceremonia de etiquetar, nombrar y cambiar de nombre a cada adorno, ropa o jaboncito. Me hizo acordar a la película "1984" (capaz el sueño fue por haberla visto pocas horas antes de dormir). Me impresionó muchísimo, ya me había pasado con el libro. Me había olvidado lo que es la sensación de ser observada, controlada, y de que cada cosa que digas o pienses pueda ser cambiada, usada, condenarte, liberarte. Como en el trabajo de Winston, en la redacción, cuando tapaba las fotos, cambiaba los hechos, agregaba palabras y suprimía otras. Las tiras de papel colocadas sobre un rostro o palabra ponele que podrían ser las etiquetas sobre mis objetos personales. Las dos quieren renombrar lo nombrado, adjudicarle arbitrariamente formas nuevas a las palabras, delimitar territorios.

No te olvides que
El gran hermano te vigila!
A no caer en el crimental!

/Anna/