lunes, 10 de marzo de 2008

Otro encantador de serpientes



Insoportable ironía a la hora del despertar. Vislumbro un rayo de luz y pienso en tus justificaciones. ¡Cuánta palabra desperdiciada! Cuántos rincones cómplices en la ciudad adormecida.. Cómo te atreves a darme versiones coherentes de este caos... No puedo comprender tus palabras. Tu actitud me seduce, debo reconocerlo, pero intentaré escapar de este laberinto. No quiero que me envuelvas más en tu discurso, ni seguir alimentando tu egocentrismo. Salir de los acercamientos incoherentes y la culpa escurridiza que me traen tus brazos.
Anna

No hay comentarios: