lunes, 25 de febrero de 2008

Sobredosis dietética - amén los kilos de menos



-Miro las galletas de chocolate y me miran a su vez, censuradas con el 'beep' de estar momentáneamente fuera de servicio.
-El pan, aunque escondido, me grita. Pide que lo coma desde adentro de su bolsa de papel.
-No puedo dejar de chocarme con el placard, los restos de sanguchito, la lata de cocoa, la de azúcar, el pote de dulce de leche, y las delicias que imagino pueden estar poblando el fantástico mundo de la cocina de mi casa.
-Cobra importancia hasta el olor de la harina por sí mismo. Mucho más la comida que prepara el vecino de enfrente. Creo que hoy es pescado. (Que lindo sería que me invite a comer).
-Abstinencia de exquisiteces culinarias: rompí un sun*, quemé mi dedo pulgar, me dormí sentada presa de un estado de ensoñación febril (fantaseando con un pico dulce, un batón y un alfajor negro /y ojalá fuese un pico sin calorías/pero ni eso es lo quiere mi boca hoy/).
Me pregunto qué tiene de ventajoso hacer dieta si la vivo al lado de aventuras tan poco felices.

*soy una novedad



/Anna/

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